Siete años después que pobladores de Esquel, en la Patagonia argentina, se unieron para oponerse a un emprendimiento minero y lograron frenar el proyecto con una consulta popular, una red de organizaciones de vecinos de todo el país continúa impulsando acciones contra los megaproyectos, para acrecentar el debate social y para articular luchas socioambientales. |
Justamente en Esquel, en la provincia de Chubut, se realizó del 26 al 28 de marzo el 12º encuentro de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), que unifica a los movimientos de resistencia a la economía extractiva. La UAC lleva a cabo grandes encuentros cada tres meses en los que se proponen alternativas al actual modelo de producción y consumo para preservar la biodiversidad y la soberanía alimentaria. La UAC se oficializó en la céntrica ciudad de Córdoba en julio del 2006, al reunirse integrantes de asambleas resistentes a la megaminería, a las papeleras (o pasteras) y a la producción de soja transgénica. En el acta fundacional los integrantes de la UAC se definen como “comprometidos con la defensa de la naturaleza”, hablan de “reflexionar”, “lograr cambios en las políticas estatales” y “resistir al avance generalizado de las transnacionales”, pero advierten que eso “sólo será posible a través de la unión de todos los pueblos“. Como resultado de las acciones desplegadas, siete provincias argentinas promulgaron leyes contra la megaminería. Chubut (2003), Río Negro (2005), Mendoza, Tucumán, La Pampa (2007), San Luis y Córdoba (2008). Varias universidades nacionales decidieron rechazar fondos provenientes de empresas mineras —entre ellas la de Córdoba— y creció el debate social y mediático. Mientras, en el 2008, la presidenta Cristina Fernández vetó la ley de protección de glaciares, que había sido aprobada por unanimidad por el Congreso nacional, argumentando que “podría afectar el desarrollo económico de las provincias afectadas”. En abril del 2009, Fernández recibió en casa de gobierno a los máximos ejecutivos de Barrick Gold, Peter Munk y Aaron Regent, y a los pocos días se firmó un convenio dando nuevas exoneraciones tributarias al proyecto binacional Pascua Lama que extraerá 17.8 millones de onzas de oro y empezará a producir en el 2013. Andalgalá se levanta En las primeras semanas del año fue noticia el pueblo de Andalgalá, de la norteña provincia de Catamarca, por su gran oposición al megaproyecto aurífero y cuprífero Agua Rica, que intentó ser desalentada policialmente con balas de goma y arrestos. Respondió una gran manifestación el 15 de febrero —llamada “pueblada”— que logró la libertad de los detenidos. Actualmente los asambleístas mantienen vedado el acceso al proyecto, hasta la consulta popular que se realizaría en mayo. Urbano Cardozo, del grupo de vecinos autoconvocados, relata que “hicimos esta acción en coordinación con la UAC, vino gente de otras asambleas, y ahora mismo estamos recibiendo fondos que nos mandan los reunidos en Esquel; todo ayuda mucho. Estamos en contacto con toda la red todo el tiempo”. Agrega que “estos no son cortes de rutas, son asambleas sobre el camino, y sólo se cierra el paso a los vehículos mineros”. También en estos últimos años se multiplicaron los rechazos a la soja transgénica en las provincias del centro del país. Conectados bajo el nombre de “Paren de fumigar”, decenas de organizaciones vecinales, muchas de las cuales articulan con la UAC, ya han logrado fallos judiciales contra agrotóxicos —como el de San Jorge, provincia de Santa Fe, en diciembre pasado— y cada vez más pueblos aprueban leyes protectoras (en la provincia de Córdoba, localidades como Villa Ciudad Parque, Villa General Belgrano, Amboy, Mendiolaza o San Francisco, y se sumará Oncativo próximamente). Otro ejemplo de las problemáticas vividas es Gastre, pequeña localidad patagónica famosa desde los 80 por su rechazo a convertirse en repositorio de desechos nucleares. El Movimiento Antinuclear de Chubut (MACH), junto a organizaciones y grupos de todo el país, frenó esa idea. Hoy la región resiste contra el megaproyecto Navidad, de extracción de plata y plomo. Javier Rodríguez Pardo, integrante del MACH y autor del libro Vienen por el oro, vienen por todo, plantea que el ataque sobre la Patagonia es integral. “La Patagonia es una reserva de biodiversidad. Ni siquiera los negocios inmobiliarios son inofensivos, están relacionados con estrategias de dominación territorial o acceso a fuentes de agua”. Espacios de acción y reflexión Según explica Pablo Quintana, de la asamblea de Esquel, “en los encuentros de la UAC se promueve un modo de relacionamiento genuino y solidario, y se abren espacios para generar formas alternativas de producción y consumo de energías y alimentos, festejando las manifestaciones culturales regionales”. No se trabaja con partidos políticos ni organizaciones no gubernamentales corporativas, y todas las asambleas autogestionan sus actividades o comparten recursos. Las redes tendidas incluyen grupos de Brasil, Chile y Uruguay. Entre las decisiones ratificadas en Esquel figuran la continuación de las acciones directas, reforzar la regionalización de las luchas, insistir en cambiar la legislación que favorece a las empresas y crecer en relaciones con grupos campesinos e indígenas. El próximo encuentro —en julio próximo— será organizado en conjunto con el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), adherido al movimiento internacional Vía Campesina. “La actividad minera, sostenida por grandes empresas transnacionales, en alianza con el Estado nacional y los diferentes gobiernos provinciales, busca extenderse desde el norte del país hasta la Patagonia”, remarca la socióloga Maristella Svampa, coautora del libro Minería Transnacional, Narrativas del Desarrollo y Resistencias Sociales. El libro analiza “las formas que adopta el discurso hegemónico y los nuevos mecanismos de expropiación y dominio, así como dar cuenta de las luchas y resistencias que, bajo la forma de asambleas de autoconvocados y en total asimetría de poder, se han venido generando en el país contra este ‘modelo de desarrollo’”. “Con ello, se apunta a traer a la palestra una verdadera discusión —pública y académica— sobre los niveles y sentidos que hoy recubren el término ‘desarrollo’”. —Noticias Aliadas. |
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