Por Hugo Rodrigues *
Quisiera dar mi opinión respecto al tema del arroyo Baguilt:
Lejos de ser un entendido en proyectos sobre aprovechamientos energéticos hidráulicos, a lo largo de dos décadas tuve que aprender a convivir con ellos, y por lo tanto algunas cosas entiendo. Me tocó seguir el proceso de la posibilidad de construcción del Aprovechamiento Hidroeléctrico del río Carrenleufú (o río Corcovado) más conocido como La Elena, un mega- proyecto innecesario, de sospechosa utilidad, (la más probable es la minería), mediáticamente intermitente, y que al decir de los funcionarios de turno “está en carpeta”. Considerando el fiero impacto socio-ambiental de Futaleufú y tantos otros emprendimientos hidroeléctricos, esto para mi es el mantenimiento de una amenaza vital contra la integridad del ecosistema y las posibilidades genuinas de actividades productivas.
Esta convivencia me ha llevado a prestar atención a otros proyectos hidro-energéticos menos faraónicos y negativos. Sin ir más lejos, Corcovado, mi pueblo, se abastece de electricidad por medio de una microturbina emplazada sobre un arroyito cercano a la localidad de Carrenleufú.
Cruzando la frontera, a unos 60 kilómetros de aquí, en Puerto Cárdenas hay instalada una mini-central hidráulica de pasada. Este es un sistema que genera electricidad sin necesidad de embalses. Elementalmente consiste en aprovechar el agua que baja por la pendiente de la montaña. Es conducida por una tubería que termina moviendo una turbina, que está ubicada dentro de una sala de máquinas donde se genera la electricidad.
Esta minicentral es de 2 megavatios y abastece de electricidad a tres comunas y todos sus parajes: Alto Palena, Futaleufú y La Junta, es decir que tiene un área de influencia regional. La energía se genera y se distribuye allí mismo.
Desde la ruta es posible ver esa sala de máquinas. De ahí sale un cableado bastante prolijo montado sobre postes de cemento en todo el recorrido. Me fue imposible detectar la tubería que baja desde la montaña porque el bosque la tapa por completo. O sea que el impacto visual es mínimo. Desconozco mayores detalles de la obra, pero conversando con amigos de por allí, nadie me manifestó estar disconforme con este modo de tener electricidad, todo lo contrario.
Desde el punto de vista económico e ideológico creo en aquello de que “lo pequeño es hermoso”, la escala apropiada y sustentable para las actividades productivas regionales. Es decir que esta manera local y de bajo impacto de generarse una región su propia energía, me resulta aceptable o la menos mala, comparándola con los mega-negocios a los que nos tienen acostumbrados prometiéndonos un futuro de bonanzas.
Quisiera dar mi opinión respecto al tema del arroyo Baguilt:
Lejos de ser un entendido en proyectos sobre aprovechamientos energéticos hidráulicos, a lo largo de dos décadas tuve que aprender a convivir con ellos, y por lo tanto algunas cosas entiendo. Me tocó seguir el proceso de la posibilidad de construcción del Aprovechamiento Hidroeléctrico del río Carrenleufú (o río Corcovado) más conocido como La Elena, un mega- proyecto innecesario, de sospechosa utilidad, (la más probable es la minería), mediáticamente intermitente, y que al decir de los funcionarios de turno “está en carpeta”. Considerando el fiero impacto socio-ambiental de Futaleufú y tantos otros emprendimientos hidroeléctricos, esto para mi es el mantenimiento de una amenaza vital contra la integridad del ecosistema y las posibilidades genuinas de actividades productivas.
Esta convivencia me ha llevado a prestar atención a otros proyectos hidro-energéticos menos faraónicos y negativos. Sin ir más lejos, Corcovado, mi pueblo, se abastece de electricidad por medio de una microturbina emplazada sobre un arroyito cercano a la localidad de Carrenleufú.
Cruzando la frontera, a unos 60 kilómetros de aquí, en Puerto Cárdenas hay instalada una mini-central hidráulica de pasada. Este es un sistema que genera electricidad sin necesidad de embalses. Elementalmente consiste en aprovechar el agua que baja por la pendiente de la montaña. Es conducida por una tubería que termina moviendo una turbina, que está ubicada dentro de una sala de máquinas donde se genera la electricidad.
Esta minicentral es de 2 megavatios y abastece de electricidad a tres comunas y todos sus parajes: Alto Palena, Futaleufú y La Junta, es decir que tiene un área de influencia regional. La energía se genera y se distribuye allí mismo.
Desde la ruta es posible ver esa sala de máquinas. De ahí sale un cableado bastante prolijo montado sobre postes de cemento en todo el recorrido. Me fue imposible detectar la tubería que baja desde la montaña porque el bosque la tapa por completo. O sea que el impacto visual es mínimo. Desconozco mayores detalles de la obra, pero conversando con amigos de por allí, nadie me manifestó estar disconforme con este modo de tener electricidad, todo lo contrario.
Desde el punto de vista económico e ideológico creo en aquello de que “lo pequeño es hermoso”, la escala apropiada y sustentable para las actividades productivas regionales. Es decir que esta manera local y de bajo impacto de generarse una región su propia energía, me resulta aceptable o la menos mala, comparándola con los mega-negocios a los que nos tienen acostumbrados prometiéndonos un futuro de bonanzas.
Sólo desde este punto de vista, la idea del proyecto de aprovechamiento hidro-energético del arroyo Baguilt me parece básicamente buena, ya que técnicamente se trata de una mini-central de pasada.
Pero este proyecto considerado en todo su contexto no me parece oportuno ni coherente, por dos razones simples: Una, porque ya está la energía de Futaleufú, y la otra porque el lugar elegido es un ecosistema jurisdiccionalmente protegido (Reserva natural provincial y Reserva de Biosfera). Además hay que considerar que el proyecto energético provincial va en contra de la generación local. La idea estatal es que con el transcurso del tiempo todo esté interconectado y que cualquier forma autónoma de generación pase a ser reserva seca.
Es difícil poder visualizar claramente el papel del Estado en esta cuestión. A primera vista lo que se ve es que su interés en la hidroelectricidad está dirigido a propiciar los grandes proyectos como La Elena o Los Monos, dejando vía libre a los privados para que encaren los mini-proyectos como el de Baguilt. No estoy de acuerdo en esto por que en el uso de los recursos y el cuidado de todos los ambientes naturales el Estado no puede ser prescindente. Debería también cambiar su posición hacia las estrategias regionales de generación de energía limpia y de bajo impacto ambiental. Para empezar sabemos que el agua es un bien social y por lo tanto su aprovechamiento no puede ni debe estar regido por intereses particulares o en manos de ningún privado que posea fines de lucro.
A este respecto el diputado Lorenzo es quien puso sobre el tapete el tema Baguilt y se ha encargado de alertar que detrás de este proyecto se encuentra el conocido eco-terrateniente norteamericano D. Tompkins. Con esto el diputado (y muchos más detrás de él) pretende que se nos erice la piel y nos salga desde lo profundo de nuestro “ser nacionalista” una actitud opositora a la mini central en pro de la defensa del Baguilt.
…Es entonces cuando me pregunto qué hizo el diputado Lorenzo durante el gobierno de Maestro cuando se promovió la licitación de La Elena? (obviamente no serían capitales nacionales los que se encargarían de la obra y la concesión por 30 años del uso del río Corcovado). Acaso se encargó entonces de difundir ese proyecto tal como se está ocupando ahora?.
Y me pregunto, cuántos de los que ahora ponen el grito en el cielo por el Baguilt lo pusieron contra el aprovechamiento hidroeléctrico del Corcovado?...
Gracias.
* DNI 13297913
Pero este proyecto considerado en todo su contexto no me parece oportuno ni coherente, por dos razones simples: Una, porque ya está la energía de Futaleufú, y la otra porque el lugar elegido es un ecosistema jurisdiccionalmente protegido (Reserva natural provincial y Reserva de Biosfera). Además hay que considerar que el proyecto energético provincial va en contra de la generación local. La idea estatal es que con el transcurso del tiempo todo esté interconectado y que cualquier forma autónoma de generación pase a ser reserva seca.
Es difícil poder visualizar claramente el papel del Estado en esta cuestión. A primera vista lo que se ve es que su interés en la hidroelectricidad está dirigido a propiciar los grandes proyectos como La Elena o Los Monos, dejando vía libre a los privados para que encaren los mini-proyectos como el de Baguilt. No estoy de acuerdo en esto por que en el uso de los recursos y el cuidado de todos los ambientes naturales el Estado no puede ser prescindente. Debería también cambiar su posición hacia las estrategias regionales de generación de energía limpia y de bajo impacto ambiental. Para empezar sabemos que el agua es un bien social y por lo tanto su aprovechamiento no puede ni debe estar regido por intereses particulares o en manos de ningún privado que posea fines de lucro.
A este respecto el diputado Lorenzo es quien puso sobre el tapete el tema Baguilt y se ha encargado de alertar que detrás de este proyecto se encuentra el conocido eco-terrateniente norteamericano D. Tompkins. Con esto el diputado (y muchos más detrás de él) pretende que se nos erice la piel y nos salga desde lo profundo de nuestro “ser nacionalista” una actitud opositora a la mini central en pro de la defensa del Baguilt.
…Es entonces cuando me pregunto qué hizo el diputado Lorenzo durante el gobierno de Maestro cuando se promovió la licitación de La Elena? (obviamente no serían capitales nacionales los que se encargarían de la obra y la concesión por 30 años del uso del río Corcovado). Acaso se encargó entonces de difundir ese proyecto tal como se está ocupando ahora?.
Y me pregunto, cuántos de los que ahora ponen el grito en el cielo por el Baguilt lo pusieron contra el aprovechamiento hidroeléctrico del Corcovado?...
Gracias.
* DNI 13297913
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